Recycled Architecture_contenedor marítimo

¿Por qué utilizar contenedores marítimos usados para desarrollar una nueva actividad económica ligada a la arquitectura?

por César Beltrá, arquitecto [ cbeltra@arquired.es]

¿Por qué no?

Estamos viviendo una crisis sin parangón en la historia, sobre todo en el ámbito de la construcción y sobre todo en nuestro país. Es necesario pues redefinir los ámbitos de actuación de los arquitectos, por pura necesidad de supervivencia económica y por una necesidad cada vez más grande de interactuar con otros ámbitos de la industria de donde recoger soluciones y donde aportar soluciones, distintas, nuevas, de modo que se produzca una mayor colaboración y se observe el “problema a resolver” desde nuevas perspectivas.

En cuanto a la crisis, no voy a aportar nada que ya no se sepa, “innovar o morir”.

En cuanto a la inclusión de la construcción como actividad económica industrial, tampoco voy a aportar nada nuevo, pero pese a la gran cantidad de intentos de la arquitectura, desde la revolución industrial, por incluir en sus procesos características de otras parcelas, como la prefabricación, seriación, contención de costes de producción y de diseño, sigue siendo, pese a su gran impacto en la economía global, una actividad puramente artesanal. Ya no existen prácticamente actividades económicas a medida (por lo menos en todos sus niveles de consumo) ni la moda, la sastrería ha desaparecido ¿no? Los coches se producen en serie y cada vez incluyendo tecnologías de otras parcelas y en colaboración entre varias empresas (uno fabrica motores, otro chasis, otro…)

Por otro lado la globalización es un hecho, tanto de la información como de la unificación de los mercados de consumo.

Otro aspecto de nuestro tiempo es la conciencia de la limitación de los recursos, tanto energéticos como medioambientales y la necesidad de reducir el impacto ambiental en todos los ámbitos de la actividad humana y en el sector de la construcción especialmente dada la gran trascendencia de la actividad y su gran repercusión sobre el medio ambiente.

Con todo este escenario montado, sobre el que nos ha tocado actuar, la opción de reciclar contenedores marítimos para edificar aunando criterios arquitectónicos, industriales, económicos y logísticos para mi resulta evidente.

Alguna ventaja diferencial más.

Las dimensiones estándar de los contenedores. No tengo datos concretos pero lo imagino, el record de objetos fabricados con dimensiones estándar en todo el mundo lo tienen los contenedores. Asimismo el estándar de transporte (no solo marítimo) es el más extendido en el planeta. Con ellos podemos llegar a cualquier sitio, incluso a los más inexpugnables y recónditos.

La calidad arquitectónica de estos prismas. Con la adopción de este estándar para su inclusión en edificación, logramos contener las variables iniciales de diseño (como se tratara de un Lego) logramos contener las necesidades estructurales (son autoportantes en una altura, a plena carga, de cinco plantas). Permiten gran versatilidad e infinitos resultados. Existen muchos ejemplos de arquitectura de gran calidad utilizando estas piezas como base. La arquitectura tradicionalmente ha versado, en su faceta más técnica, en combinar elementos discretos de manera que se consiga un conjunto edificado, ladrillos, sillares, piezas cerámicas, etc… En consonancia con los tiempos y con la tecnología a nuestro alcance, ahora se trata de combinar elementos más grandes con menos participación de mano de obra y con menos consumo de tiempo tanto en su producción como en su implantación.

No voy a insistir, pues, en que el reciclado de estos objetos (muy abundantes y de dimensiones estándar) es inmediato y muy adecuado como piezas de construcción, es altamente resistente e indeformable, muy económico y sencillo su transporte, y el diseño de todas las piezas para su montaje está ampliamente desarrollado para el mercado de transporte.

¿Por qué la arquitectura, no se incorpora a la producción industrial en colaboración con la ingeniería y la logística?

¿Por qué no utiliza elementos reciclados y fácilmente reciclables para contribuir a la reducción de emisiones y a la disminución de extracción de materias primas?

¿Por qué no participamos todos en el proceso de diseño y encontramos un producto “pret a porter” también en edificación?

Ya existe gran tradición en casas de madera, pero demos un paso más, utilicemos materiales abundantes a nuestra disposición y con el mínimo de intervención no especialista. Hagamos como los grandes productores de muebles, preparémonos para producir casas a muy bajo coste y con muy escasa huella de carbono en su producción. Eso sí, no dejemos, de nuevo, que las soluciones las de la industria sin nuestra colaboración, los arquitectos debemos mostrarnos inflexibles, aunemos a las ventajas expuestas un sello de calidad arquitectónica al producto y de esta manera produzcamos edificios buenos, bonitos y baratos y fácilmente transportables. Que respondan ante las necesidades actuales de movilidad, rapidez y competencia.