23 Feb Mirando hacia arriba_Casa de las brujas
Sede de la Presidencia de la Generalitat Valenciana
Avenida Doctor Gadea 10, Alicante
Muchas veces tropiezo. Desde bien pequeña, mi madre ya me lo decía: “si te pinto una línea en el suelo, seguro que tropiezas”. Y no era por falta de atención, no, era por no mirar al suelo. Y aún sigo haciéndolo.
A las afueras de la cuidad histórica y lindando con el ensanche, encontramos este edificio singular fruto de numerosas actuaciones. El proyecto del año 1898 del arquitecto D. Enrique Sánchez Sedeño pretendía la construcción de una villa residencial ajustada al trazado de cuidad. En 1911-1912 se proyectó una ampliación, proyecto de D. Enrique Sánchez Sedeño y D. Francisco Fajardo Guardiola, que modificaría por completo el volumen general del edificio y la imagen de sus fachadas, ya que incorporaba un solar posterior de cuya construcción surgieron los pabellones y la cubierta que hoy conocemos. En esta radical transformación se ornamentaron de nuevo las fachadas con motivos de inspiración modernista fruto del particular sentido estético del arquitecto. Posteriormente el edificio quedó en desuso, y debido a su aspecto y al estado de abandono en el que se encontraba, empezó a ser conocido popularmente como la Casa de las Brujas.
En 1990 se rehabilitó el palacete para albergar la Sede de la Presidencia de la Generalitat Valenciana mediante proyecto del arquitecto H. Picón, intervención en la que desapareció gran parte de la decoración interior propia del estilo modernista del edificio. En este edificio se tratan de conjugar varios estilos, ya que siendo un edificio de corte clásico al estilo de la época, se le incorporan elementos más propios de otras corrientes arquitectónicas como la cubierta de fuerte pendiente, las ventanas de formas redondeadas en el mirador y los balcones curvados en los rincones. Existe una base ecléctica a la que se le añaden los motivos florales y las esculturas de cabezas de elefantes, de angelotes, leones en las pilastras, todos ellos característicos del influjo modernista, aunque entendidos de una manera muy particular y al gusto del arquitecto.
La Casa de las Brujas parece un edificio atormentado. Una villa sin jardín. Un mirador sin vistas. No obstante cabe destacar lo maravilloso de esta singular decoración que deja huella en todo el que la ve y da rienda suelta a la imaginación de los transeúntes.